Por años hemos escuchado a nuestras madres, abuelas, tías, amigas vecinas, entre otras, que cuando una mujer está amamantando es imposible que quede embarazada. Es como si la acción de amamantar hiciera el papel de anticonceptivo, ya que mientras el bebé succiona inhibe la ovulación.

Se dice que hay una relación directa entre la succión del bebé y la ausencia de ovulación. Los cambios hormonales que se producen cuando el bebé es amamantado, hacen que se suspenda la ovulación mientras mayor veces al día el bebé succiona el seno, mayor es la eficacia anticonceptiva. A esta acción es que se conoce como el Método MELA (método de la lactancia y la amorrea) con una efectividad del 98-99% durante el segundo trimestre de vida del bebé y del 100% durante las primeras doce semanas tras el parto.

Pero para que este método funcione hay una serie de requisitos que se deben cumplir, y poder así garantizar la efectividad.

 Es vital que la madre aún no haya tenido la primera regla tras el parto. Es decir, cualquier sangrado que haya tenido la mujer tras 10 o más días después del sangrado puerperal después de dar a luz.

El bebé debe ser alimentado exclusivamente con lactancia natural, como decimos coloquialmente: Teta, solo teta sin uso de fórmula o algún otro suplemento. Es muy importante amamantar al bebé de manera frecuente sin exceder 4 horas de pausas durante el día y seis horas durante la noche.

El bebé debe tener menos de seis meses de vida.

Según expertos, si se siguen estos tres pasos a cavalidad es poco probable que la mujer quede en estado de embarazo, pero hay un margen de error donde entre 1 y un 11% de las mujeres embarazadas quedan durante el período de amenorrea, lo que quiere decir que pueden volver a concebir sin haber tenido la regla.

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