Deficiencias de micronutrientes y el impacto en el desarrollo

La alimentación equilibrada y variada, sigue siendo el método principal por el cual los seres humanos adquieren nutrientes esenciales para la funcionabilidad de órganos y sistemas, y uno de los órganos más dependientes de estos es el cerebro, ya que desde la embriogénesis para el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso central son necesarios numerosos  nutrientes en específicos para que este proceso pueda llevarse a cabo. Durante el desarrollo embrionario, llamado neurogénesis, la interacción de genes, la proliferación que ocurre entre la 1era-7ma semanas, la migración entre las 8va -15va semana, la diferenciación entre las 16va a 26va semana y la maduración desde 27 va semana hasta la adultez requieren de muchos nutrientes en especial proteínas, hierro, yodo, zinc y vitamina A.

La UNICEF define micronutrientes como elementos indispensables de una dieta de alta calidad a pesar de que sus requerimientos son en mínimas cantidades. La carencia de estos ha sido llamada “Hambre oculta”, por su desarrollo lento y progresivo, y porque sus efectos solo pueden apreciarse cuando los daños son irreversibles. Según reportes del Programa Mundial de Alimentos en la publicación Situación actual de los micronutrientes en Latinoamérica y el Caribe, se destaca que la anemia por deficiencia de hierro es una de las carencias de micronutrientes más prevalentes a nivel mundial en especial embarazadas y niños entre 6-24 meses y en publicaciones de la Organización Mundial de 1993–2005, el 25% de la población a nivel global tiene anemia, llegando a 47.4% en preescolares, 41.8% en mujeres embarazadas y 30.2% en mujeres no embarazadas. Esta deficiencia provoca en el proceso de neurodesarrollo disminución de neurotransmisores (catecolaminérgicos y GABA) importantes en aprendizaje, memoria, atención y actividad motora. 

Otra de las carencias de micronutrientes que impactan el neurodesarrollo, es la deficiencia de yodo, este es un mineral indispensable para la producción de tiroxina (T4) y 3,5,3’-triyodotironina (T3), hormonas esenciales para el normal crecimiento y desarrollo de sistema nervioso central. Las poblaciones con mayor riesgo a esta deficiencia son las embarazadas, las puérperas y los niños, y es estimada mediante la medición de niveles urinarios de yodo. La Organización Mundial de la Salud, para el 2007, reportó una prevalencia global de un 35%, afectando aproximadamente a 2 billones de personas y de 9.8% en Región de las Américas. Esta carencia es considerada la principal causa prevenible de retardo mental alrededor del mundo. Se han establecidos programas de fortificación de alimentos, como la yodación de sal para mitigar este problema nutricional.

El zinc, otro microelemento indispensable, ya que tiene múltiples funciones como modulación en respuesta inmune, en crecimiento, desarrollo sexual, coordinación visual-manual, actividad motora y retención de memoria. A nivel de estructuras cerebrales las neuronas glutaminérgicas contienen Zinc y las vesículas sinápticas contenedoras de Zinc, regulan liberación de GABA (ácido gamma-aminobutírico) sumamente importante por sus funciones como por tener un gran poder tranquilizante, mejora la concentración tanto en adultos como en niños, potencia la hormona del crecimiento, refuerza el sistema inmunológico y favorece el descanso, por lo que evita problemas de insomnio. En Latinoamérica, el retraso del crecimiento afecta hasta un tercio de los niños menores de cinco años y entre el 30–50% de la población puede estar en riesgo de tener una ingesta inadecuada de zinc.

La vitamina A, en su forma de ácido retinoico, regula la expresión de muchas proteínas neuronales, por lo que tiene influencia en el funcionamiento del cerebro también tiene el papel en promover la diferenciación neuronal, por ende, tiene desempeña un rol importante en memoria y aprendizaje. Además, su deficiencia es la causa más común de ceguera infantil en muchas áreas endémicas. Se considera que en el mundo entero entre 500 000 y 1 millón de niños cada año desarrollan xeroftalmía activa por carencia de vitamina A 7,8.

A pesar de conocer las estadísticas e implementar programas de fortificación de alimentos y de suplementación, las brechas de deficiencias de estos micronutrientes continúan afectando de forma alarmante a la población mundial, por lo que es necesario continuar con los programas iniciados y la vez incrementar la educación nutricional en la población para garantizar mejoras en la ingesta alimentaria diversificada y adecuada.

Escrito por :

Dra. Carolina Castellanos
Pediatra – Nutrióloga
@dracarolinacastellanos

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