Un ser humano común puede verse envuelto en una relación violenta, sin importar edad, género u orientación sexual. Las películas y los programas de televisión en los que se muestra el abuso pueden dar la impresión de que una relación violenta es solo aquella en la que golpean o agreden físicamente a alguien. Sin embargo, existen diferentes tipos de abuso que pueden afectar tu cuerpo, tus emociones y tu
autoestima.
El abuso físico significa golpear, pegar, empujar o herir a alguien de cualquier forma.
El abuso sexual es obligar a tu pareja a que haga algo de índole sexual, desde besar hasta tener relaciones sexuales. Cuando no das tu consentimiento a una actividad sexual, se considera agresión sexual o violación, ya sea que estés en una relación o no.
El abuso verbal incluye los apodos, las degradaciones y el uso de las palabras para herir a alguien.
El
abuso emocional se produce cuando tu pareja intenta que te sientas mal contigo. Eso incluye herir tus sentimientos a propósito, los celos, culparte por el abuso,
ser infiel o criticarte de forma constante. El abuso emocional afecta tu autoestima.

El
control reproductivo es obligar a tu pareja a quedar embarazada, terminar con un embarazo, mentir sobre los métodos anticonceptivos u otras decisiones de control sobre el embarazo y la crianza de un hijo.
Las amenazas y la intimidación se refieren al uso de amenazas de violencia o de abuso para controlar a una pareja. Las amenazas a los hijos, el suicidio o la violencia física son todas formas que una pareja usa para controlar el comportamiento del otro.
El aislamiento consiste en controlar a quién ves, qué haces y limitar el acceso a tus amigos, a tu familia y a otras formas de apoyo emocional y financiero.
Cada relación es diferente, y los signos de una relación violenta pueden variar. Sin embargo, todos estos tipos de comportamiento son formas en las que una persona intenta tener todo el poder de una relación y controlar a su pareja.
A veces, un comportamiento violento comienza de a poco y empeora con el tiempo. Si te sientes menospreciado, asustado o controlado, pide ayuda. Todos merecen estar en una relación en la que ambas personas se sientan seguras, respetadas y amadas, y en las que sientan que sus parejas confían en ellas.